Esta falta de abrazos me ha hecho llamar a mi madre mientras ella ya llevaba media calle de camino para poder sentir ese calor que derrita un poco de este sol polar que me duele bien dentro.
Si alguien gusta de donar abrazos sinceros no los rechazaré, me hacen falta. No prometo sonreír después de ellos pero ten por seguro que dentro hiciste a mi yo interno muy muy muy feliz.

Gracias por llegar a escucharme y abrazarme, porque yo sé que sí estás ahí.
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