Robaste el mapa estratégico de mi cuerpo
y de a poco lo llenaste de flores colmadas de besos.
Desvariaste a mi ombligo con espamos
perfectamente colocados con tu saliva y tu aliento
y sin dudarlo
las llemas de tus dedos me colgaban caricias
que sutiles volaban por el cuarto,
mojando, palpando, amando.
Sin bastarte
te colocaste a proporciones perfectas
sobre el alma,
con saliva dulce como duraznos en miel.
Ámame, delinea mi mapa una y otra vez,
guíame a la locura, a desbordar delirio de cada pedacito de piel
No hay comentarios.:
Publicar un comentario