jueves, 7 de abril de 2011

Detached

De cuando uno tiene desapegada el alma 
y se siente como adormecido, 
o en casos extremos como el mío, 
no sienten nada. 
Ni ira, ni tristeza, 
ni melancolía, 
ni rabia, ni deseo, 
ni ese amor grande. 
Sólo siente uno como se cayó a gajos el alma, 
o cómo nos la tiraron 
y le pasaron a partir su madre.


Y es que uno se da cuenta y lo perimite, 
permite que se le desapegue el alma
es más cómodo, resulta conveniente, 
alimenta la labor de quejarse 
y seguir siendo problema.


Desapego a todo. 
Así me siento hoy 7 que nada me mueve. 
Desapegada y de espiritu cansado, 
decaido, de 70 años ya mal vividos.
Desapego. 
Qué tristeza, tan jóven y tan muerta.

No hay comentarios.: