De las noches que no traen calma, que sólo llueven, que no ayudan a sosegar el alma... De las noches en las que uno quisiera estar lejos
-al menos de la hondura en el pecho-;
de las noches en las que sin quererlo la sonrisa se disipa hasta nuevo aviso,
hasta encontrar la salida del desespere ajeno q
ue luego viene de lejos con el aire.

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