Me arrinconan las ideas,
cientos de ellas.
Me arrinconan los miedos, mis carencias,
me arrincona la tempestad,
la calma aqui no es una opción.
Arrinconada,
el cigarro, el café, las caminatas largas,
el sol, el insoportable sol, la hereje nada.
Me arrinconan dolores de amor, de cabeza, de espalda,
de vida...
me arrincona la miel que creí extinguida.
¿A dónde para uno?
No, no es a la mejor esquina,
al mejor rincón.
Uno para donde le duele,
donde queda tan entumido de tanto acecho
que se queda dormido.
Arrinconada.
Últimamente eso es lo que pasa,
usted lector a mi me arrincona.
Váyase.
Déjeme sola.
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