¯`••._.dE lOs InFaRtOs`•.¸¸.•´´

29/septiembre/06

Hace una mañana fría en la piel, calientita en el corazón y en la sonrisa... Moría por que con la humedad de tus labios calentaras el espíritu y derritieras las ganas por completo...

Y en efecto, después d la espera, tu piel al igual que la mía estaba fría, ansiosa de abrazos sin medida, de besos en exceso y una dosis pequeñita d sonrisas y miradas, no dude en entregarle nada de lo que pedía puesto que la mía, en comparación, no sólo estaba ansiosa, sino que gritaba y rogaba por tan sólo un poco de todo lo antes mencionado.

Entraste al carro y lo único que pensaba era: "que este sueño nunca acabe ahora que comenzó! Por favor bb, no dejes que termine!" Así es, en mis pensamientos te suplicaba porque detuvieras el tiempo, porque ese día lo hicieses eterno, como en nuestros sueños e historias...

En cuanto tuve la oportunidad me oponía a despegarme de tus labios, de tus brazos y de tu mirada, me oponía a no sentirte ni un segundo entre mi!! Y es que después de tanto tiempo de espera anhelando tus suspiros debes comprender que cada segundo junto a ti tenía que ser atesorado por mi piel...

Mi alma se sintió dichosa esas horas al estar completa, al igual que mi corazón, que mi espíritu, que mis sueños y que mis alas. Les devolviste la felicidad y la vida al igual que a mi, como ya me faltaba, como ya lo buscaba.

Debo aceptar que los impulsos me ganaron y esta necesidad de sentirte provocó la loquera misma que conoces por mi adicción a tu aroma, por mi adicción a tocarte, a sentir cada centimetro de piel que pudiese ser vivido por mis ganas y por qué no, por mi antojo a ti.

Provocarte infartos causados por mi antojo no es nada más que tu culpa, debes acatar tus responsabilidades y hacerte cargo de lo que provoca esa sonrisa y esa mirada en mi, lo que provocan esos besos donde atrapas a mis labios y a mis sentidos entre las yemas de tus dedos, entre tus dientes, entre tu lengua, entre tu deseo...

Y así como estas palabras están agitadas ahora que las escribo, así está mi pensamiento desde aquél Te AmO dado desde la ventana queriendo llegar hasta ti; así están mis alas desde que tus manos recorrieron mi cintura, me unieron a tu aliento y nos subieron alto, alto...lejos, lejos...

Y lo único que puedo decirte es: gracias por otro viaje hasta las nubes, entre las estrellas y lejos hasta de los ángeles; por otro viaje en tu mirada, en tus brazos, en tu pecho, con tu ombligo y con nuestro deseo... Volveré por ti!!

...y de nuevo me sentí segura, como sólo contigo, como ya necesitaba...