Pensando en que la única salida es esa.
Que no hay más solución, que es la única alternativa, el único camino.
Y no opto por luchar y no opto por jugar y no opto por reír
porque he notado que me gusta estar así.
Que lo sombrío ilumina mis días, que lo cotidiano me acomoda.
La monotonía es una gran compañera si le temes al cambio,
el aburrimiento se vuelve constante y difícil de despegar.
Te casas con la soledad del día a día y te acostumbras a deambular.
Se te hace tan cotidiano ese andar sin nadie rodeado de todos,
y lo único que te hace regocijar un poco el espíritu es recordar,
volver a sonreír la memoria y a respirar otros aires en los sueños.
Y aunque a veces se me sale la tristeza por esta no compañera
creo que he logrado adaptarme a ella
al igual que las lágrimas diarias que conlleva.
Una cucharada diaria de recuerdo, dos lágrimas en cápsulas,
un abrazo imaginario de la persona a la que más se extraña
y el día está completo.
El temor a que mi por venir sea igual ocasiona
que la sangre se me haga de agua
y el corazón se me haga de una piedra fría y lisa,
que mis sentidos se inmovilicen y que las ideas se me sequen.
Un empujón de voluntad,
un té cálido de besos y abrazos
que derrita lo que ahora me he puesto donde va el corazón,
y todo estará mejor...
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Now playing: Me First and the Gimme Gimmies - Nothing Compares To You
via FoxyTunes
2 comentarios:
amar a la depresión es un mal del nuevo siglo
NO ESTOY DE ACUERDO CON QUE SE VULEVA MODA, LA VIDA NO VALE LA PENA SI NO TOMAMOS RIESGOS SANOS, ADMÁS LA MONOTONIA TIENDE A SER ABURRIDA, PERO NO SIEMPRE ES MALO, HAY COSUMBRES MUY LINDAS QUE VALEN LA PENA CONVERTIRLAS EN ALGO COTIDIANO
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