"...pero resulta que no puedo"
Cuando se hacen las cosas en lentitud resultan mucho más frustrantes.
Dejando migajas deboradas por cucarachas mentales que satisfacen su ego, sabiendo que el querer destruirlas es imposible, aunque de vez en cuando esconderlas se puede. Sacar a pasear la mugre incrustada en el diamante me hace recordar que alguna parte de mi es retorcida y vulnerable a las polillas.
'Siempre queda el sabor de la larva'. Cierto, muy cierto. Siempre quedan los nervios de manzana ante esa presencia tan nefasta pero excitante. Siempre queda el deseo del saber qué pasa y las ganas de deborarle las alas.
Por otra parte, resulta incomprensible mi pensar infame, desahuciado, incorrecto, incauto. ¿Por qué tener ganas de traicionar a todo lo construido por los años? Jamás he querido ser la autora de tales injusticias. Es por eso que me siento inferior al hecho de la forma elevada en la que el éxtasis de un loco desvarío me pone. Necesito romperme las manos y el pulso acelerado que el diablo causa en ellas, necesito deshacerme de tan rastrero pensamiento, del trauma tan grande que esto supone, de comerme a mordiscos el ardor que estimula aquél ser malvado pero deseable, destazar la llama horrible de eso que tanto me provoca. Necesito arrojar lejos este apetito tan asquerosamente antojable de aquella polilla que creí haber destruido.
¡Aaaaah! Pero estas ganas tan enfermas de jugar contigo y después desecharte no puedo controlar. De saborear el repugnante sabor de tu presencia que tanto envenena a la persona que soy, a la persona en la que me convierto al tenerte enfrente. Mi mente enferma no deja de repetir ese momento una y otra vez donde lenta y amargamente te degusto, te vomito y te disfruto al desequilibrarte la tan entumecida avidez de introducirme en tu impaciencia de calor.
Sentir, sentir es lo que quiero... Miedo, pavor, excitación, comezón, calor, amor, deseo, rareza. Provocar eso...
No pretendo cambiar mariposas por polillas que pensé extintas pero dejaron su huevo, sólo quiero algo de juego, algo de maldad, algo de emoción, algo de cambio... De estas masas grises que hay alrededor hablo, de estas masas sinsentido para otros pero a veces todo para mi es de las que quiero deshacerme. Gotas de limón que bañen mi mente y conviertan esta insanidad en árboles que den frutos deliciosos a los ojos de los demás.
Este mórbido pensar se ha hartado de agobiarse con formas sintéticas y superficiales al corazón, quiere algo más: le urge pasión.
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