martes, 18 de noviembre de 2008

No cabe duda
de que yo solita
me tumbo hasta las mejores intenciones.

Aprende, Tania. Aprende.
Debes de aprender
a ser fuerte y apegarte a
tus decisiones.

¡Ay niñita!
¿Cuándo creceras
si tú misma no te dejas
madurar?

No quiero madurar,
me importa poco.
Yo quiero amar,
amar, amar, amar
y vivir de ser amor.

Pendeja. No se cuestiona
que seas una pendeja.
No sabes ni qué es el mentado amor

El amor no se aprende
ni se enseña.
No, yo no sé amar.
Yo soy amor.
El amor es él cuando me ve,
el amor es un abrazo desnudo,
el amor somos nosotros sonriendo.
El amor es su voz diciéndome al
oido cuánto me extrañó,
el amor es que hasta su olor
me recorra en sueños.

¡Ya Tania!
Ya, por favor.
Ríndete.
No hay nada de lo que
piensas que puede haber.
Dejalo ir.

Pero no soy yo la que me aferro,
el amor sigue aferrado a mi,
a mi corazón como miel seca.
A mi piel, a mis labios,
a mis ojos.
Hay, todavía hay,
puedo sentirlo.
Mucho, mucho. Hay mucho.

¡Ay niña!
Siempre niña.
Nunca mujer.
¿Cuándo te va a bastar contigo?
¿Cuándo vas a crecer
y dejar que otros sigan su camino?
Ya no te detengas
y sigue caminando el tuyo
que por más ancho que parezca
quizá se una alguno.

No quiero.
Quiero seguir caminando junto a él.
El amor es él,
mi corazón es él.
Mis ojos son él,
mis pasos son él.
¿Cómo seguir?
No quiero, no sin él.

No puedes obligar a nadie
a seguir tu camino.
Tampoco puedes obligar
a nadie a ir por el suyo
si no quieren.
Entiende que no hay más
que seguir sin corazón,
sin ojos, sin amor
e inventarte nuevos pasos.
Tienes que hacerlo,
deja de ser tan niña.
Camina ya,
sin ilusiones.
¿Cuándo me harás caso?

¡Ya!
¡No quiero escucharte!
¡Vete!
Me quedo conmigo.

img206/4904/iwagewarsonmyselfbyumilzq5.jpg



Me calles o no
sabes que tengo razón.


1 comentario: