sábado, 2 de enero de 2010

Desde que te conozco, nuestros encuentros se han basado en sueños;
sea que te pueda tocar,
sea que te vi en un café perdido...

Y no te había dicho que la noche de anoche

soñé tus ojos bien clavados en los míos.
Y ahí me quedaba, y no salía.

Estabamos tan cerca que podía probar cada detalle de tu respiración.

Y había olvidado lo bien que sabía el que tus labios rozaran poquito a los míos.
Y recordé entonces,
muero por un beso tuyo, aunque sea uno pequeñito.

1 comentario:

Unknown dijo...

Está lindo :P